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Hoy hemos dedicado la entrada al relato literario de nuestra protagonista: Elsa. Os dejamos que lo leáis.
Esperemos que os guste.
Un sueño helado
En un frío y desolado reino llamado Arendelle, Elsa reinaba con sabiduría y compasión. Las vivencias de su pasado seguían rondando por su cabeza. A pesar de haber aprendido a dominar sus maravillosos y peligrosos poderes, la reina seguía temerosa de ellos, y trataba de encontrar respuestas.
Una gélida y oscura noche de invierno, la reina incapaz de dormir, observaba desde la torre del castillo cómo la fría nieve se precipitaba desde el cielo, dejando una postal blanca del reino, cuando una extraña melodía llegó a sus oídos. Tras varios minutos escuchándola, por fin pudo identificar la canción Snowman de Sia, una canción que la invitaba a reflexionar sobre ella misma, sobre su fragilidad y la belleza de la nieve.
Con aquella extraña melodía la reina cayó en los brazos de Morfeo. En aquel profundo sueño, Elsa comenzó a tener visiones sobre reinos lejanos, pero cercanos en cierta parte al suyo. La joven reina caminaba por un helado sendero hasta llegar a Narnia, donde una bruja blanca a la que llamaban Jadis reinaba de manera severa y con puño de hierro. Una tiranía que mantuvo el reino de Narnia bajo un largo invierno glacial. Elsa sintió como si un puñal de hielo le hubiese atravesado el corazón, pero no eran más que sensaciones provocadas por el temor a sufrir el mismo destino que la Bruja Blanca, por temor a sus poderes, a sí misma, a no poder ser capaz de mantener su corazón puro como la nieve.
La siguiente visión comenzó con Elsa mirándose al espejo, pero en su reflejo vio algo diferente. Elsa notó una figura solitaria, fría y distante, con la capacidad de controlar el invierno, pero incapaz de comprender el amor de los humanos. Elsa se preguntaba si era ella a quien estaba viendo, pero acabó por darse cuenta de que su reflejo era en realidad la imagen de la Reina de las Nieves. Al verse tan cercana a ella se preguntó si su destino estaba escrito para acabar como aquella reina o si sería capaz de aprender de sus errores.
En el largo sueño en el que estaba sumida rememoró la historia de la joven Pandora, la primera mujer, creada por los dioses griegos. Una mujer que, sin saberlo, tenía el poder de controlar todos los males del mundo o, por el contrario, de desatarlos. La ignorancia de lo que podía desatar aquella pequeña caja llevó a Pandora a abrirla, dejando salir el caos y manteniendo la esperanza en su interior. Al igual que Pandora, Elsa había liberado sus peligrosos poderes, causando caos en sus inicios, pero fue su esperanza y valentía lo que la llevó a controlarlos y proteger a Arendelle. Una y otra vez, las mismas palabras resonaban en su cabeza “¿Seré capaz de controlar mis poderes, de mantener lejos el caos?”.
En busca de soluciones, Elsa recordó la historia de Ulises, el héroe de La Odisea de Homero, pues su largo viaje le adentró en una aventura llena de desafíos y aprendizajes que lo convirtió en una nueva persona, e inspiró a Elsa para embarcarse en un viaje similar que la hiciese entender mejor sus poderes y su función en el reino.
En el extraño viaje, Elsa conoce a una joven valiente y soñadora, una pelirroja arquera llamada Mérida, con un espíritu tan indomable que al igual que Elsa trata de controlar su propio destino. Mérida enseñó a la fría reina que la auténtica fuerza se obtiene al aceptar su verdadero ser, con sus virtudes y sus defectos.
Sus visiones continuaron encontrándose con Rapunzel, quien hizo reflexionar a Elsa sobre la importancia de la libertad, la esperanza y el optimismo, pues está princesa había pasado su larga niñez encerrada en una gran torre, pero a pesar de la dura realidad, en ningún momento perdió sus ganas de vivir y su optimismo por conseguir un futuro mejor.
Entre tantas historias, Elsa no pudo evitar pensar en la historia de la Bella y la Bestia, en cómo el amor puro como la nieve y la compasión eran capaces de transformar hasta las almas más gélidas. Recordó como Bella, consiguió ver más allá de la apariencia feral de Bestia, descubriendo su noble corazón. Entonces, Elsa comprendió que debía mirar dentro de sí misma con la misma compasión con la que Bella trató a Bestia.
Al final del gélido camino Elsa acabó entrando en el desolado distrito 12, recordando como el amor puro de la joven Katniss Everdeen hacia su hermana Primrose la llevó a salvar a la Nación de Panem. La reina Elsa no pudo evitar rememorar aquellos tiempos en los que fue el amor hacia su hermana Ana lo que la llevó a salvar a Arendelle de un destino frío y desolado.
Cada encuentro e historia ayudó a Elsa a fortalecer su corazón, a conocerse a sí misma, la hizo consciente de su propia humanidad, de su capacidad para amar y ser amada.
Finalmente, Elsa despertó de aquel sueño que tanto le estaba enseñando. Se levantó de la cama y comenzó a dejar libre su poder. Así, creyendo en sí misma y dejando el miedo atrás, consiguió gobernar con amor y sabiduría y usó sus poderes para la protección del reino al que tanto amaba.
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