Relato literario:
En la Facultad de Educación de la Universidad de Alicante, un grupo peculiar de estudiantes se reunió para enfrentar el desafío más grande de sus vidas: aprobar la asignatura de Didáctica de la Lectura y la Escritura del profesor José Rovira Collado. El ambiente era tenso, pero su diversidad prometía una experiencia única.
Harry Potter, decidido usar un poco de magia, intentó hacer que los libros se leyeran solos. Sin embargo, Dumbledore, su mentor, le aconsejó que la verdadera comprensión de la lectura no podía ser forzada por hechizos. "La lectura es un arte que requiere paciencia y reflexión", le dijo con una sonrisa.
Mientras tanto, Spiderman, que había llegado a clase tras un largo día de patrullaje, se dedicaba a trepar por las paredes de la biblioteca, buscando el libro perfecto que les ayudara a entender la didáctica de la escritura. "No hay mejor manera de aprender que desde diferentes perspectivas", comentó mientras colgaba boca abajo.
Matilda, única y apasionada, escribía en su cuaderno. "¡Escribamos una carta al profesor pidiéndole que nos explique la importancia de la lectura crítica!" Campanilla, volando alrededor de sus amigos, se unió a la conversación, aportando ideas sobre cómo hacer que la lectura fuera mágica y divertida para los niños.
Don Quijote, con su armadura de caballero, decidió que la mejor forma de abordar la asignatura era a través de la narración de historias épicas. "¡Lucharemos contra los gigantes de la ignorancia!", gritó, inspirando al grupo a pensar en la lectura como una aventura.
Harley Queen, siempre lista para un poco de caos, propuso hacer un proyecto creativo: "¿Qué tal si hacemos un cómic que relacione todas nuestras historias? La lectura puede ser tan divertida como un buen desmadre". La idea gustó a todos, y juntos comenzaron a crear los personajes y tramas.
Finalmente, Coraline, que había estado escuchando atentamente, sugirió que cada uno escribiera un capítulo de su propia historia, pero desde la perspectiva de un niño. "Así entenderemos cómo se siente un lector joven y cómo podemos atraer su atención"
Con el tiempo corriendo, el grupo se unió como un equipo, combinando la magia de Harry y Dumbledore, la agilidad de Spiderman, la seguridad de Matilda, la creatividad de Harley, la valentía de Don Quijote, el brillo de Campanilla y la imaginación de Coraline. Juntos, crearon una obra que no solo cumplía con los requisitos de la asignatura, sino que también celebraba la diversidad de la literatura.
El día del examen, el profesor José Rovira Collado no pudo evitar sonreír al ver la pasión y el trabajo en equipo que había florecido entre sus estudiantes. "La lectura y la escritura son herramientas poderosas", dijo, "y vosotros habéis demostrado que su magia radica en su capacidad de unir diferentes voces y experiencias".
Así, el grupo no solo aprobó la asignatura, sino que también forjó una amistad que duraría para siempre, recordando que la verdadera enseñanza se encuentra en la colaboración y la creatividad.
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